Así criaban nuestras abuelas: Sabiduría ancestral en brazos
En muchas zonas rurales de Colombia, la crianza con porteo ha sido una práctica transmitida de generación en generación. Las abuelas enseñaban a llevar a los bebés en fulares o mantas, integrando amor, cuidado y tradición en cada gesto. Criar con brazos no solo ofrecía cercanía física, sino también seguridad emocional y transmisión de valores que hoy podemos seguir aplicando en la crianza moderna.
Historias de fulares y manos expertas
María, de un pequeño municipio en Boyacá, recuerda cómo su abuela le enseñó a cargar a sus hermanos en un fular tejido a mano. Cada nudo, cada ajuste, tenía un significado especial. Esta práctica permitía que los niños estuvieran cerca mientras las madres realizaban tareas agrícolas o domésticas. El porteo era entonces una combinación de libertad para la madre y seguridad para el bebé.
En estos relatos, se evidencia que cada fular no era un simple accesorio, sino un símbolo de tradición, identidad y cuidado. Para quienes buscan entender cómo el porteo puede reforzar la independencia y autonomía de los padres, el artículo Independencia también es criar con libertad muestra cómo criar con brazos desde el primer día fortalece la confianza y la libertad familiar.
El porteo como memoria cultural
En las comunidades rurales, el porteo también funcionaba como un registro oral de la historia familiar. Cada gesto, cada fular y cada técnica de ajuste transmitía conocimientos y enseñanzas de las abuelas a las nuevas generaciones. Criar con brazos era una manera de conservar la cultura, reforzar la identidad y transmitir valores de cuidado y respeto.
“Portear no es solo cargar un bebé; es sostener la historia de nuestra familia y nuestra tierra en cada abrazo.”
Beneficios del porteo ancestral
Los beneficios del porteo tradicional son múltiples. Para los bebés, ofrece seguridad emocional, mejora la regulación de emociones y fortalece el vínculo afectivo con los padres. Para las madres y padres, permite libertad de movimiento y facilita la integración de la crianza en las actividades diarias. Además, el porteo ayuda a los bebés a conocer su entorno desde un lugar seguro y cercano.
La crianza con brazos también facilita la lactancia y promueve un desarrollo saludable, ya que los bebés sienten el ritmo corporal de sus cuidadores, lo que les brinda estabilidad y confianza. Esta práctica ancestral demuestra que amor y cercanía no son conceptos nuevos, sino sabiduría heredada.
Testimonios de comunidades portadoras
En varias regiones del país, los relatos de madres y abuelas muestran cómo el porteo ha sido fundamental:
- “Mi abuela me enseñó a tejer fulares y cargar a mis hermanos mientras trabajaba. Hoy sigo la misma práctica con mis hijos”, comenta Ana, del Cauca.
- “Cada fular que usamos cuenta la historia de nuestra familia y nos conecta con nuestras raíces”, dice Juanita, del Atlántico.
- “El porteo nos permite criar con cercanía y libertad al mismo tiempo, aprendiendo de la sabiduría de nuestras abuelas”, explica Carlos, de Antioquia.
Para conocer más sobre cómo las familias en Colombia integran identidad, tradición y crianza portadora, el artículo Colombia que cría: voces de nuestras comunidades portadoras ofrece relatos inspiradores y ejemplos de distintas regiones.
Integrando la crianza consciente y el porteo
El porteo tradicional se complementa de manera natural con la crianza consciente. Estar atentos a las necesidades del bebé, respetar su ritmo y mantener contacto visual constante permite que cada momento compartido sea significativo. Criar con brazos enseña empatía, respeto y libertad, reforzando la relación afectiva y transmitiendo valores de generación en generación.
Mitos y realidades del porteo tradicional
Existen algunos mitos comunes sobre el porteo:
- El bebé se acostumbra a los brazos y pierde autonomía: Falso. La cercanía fortalece la seguridad y favorece la autonomía progresiva.
- Portear limita la movilidad de los padres: Falso. Con fulares adecuados, las tareas diarias pueden realizarse con total libertad.
- Solo sirve para recién nacidos: Falso. Existen técnicas de porteo adaptables a distintas edades y pesos.
Consejos para un porteo seguro y afectivo
Para aprovechar los beneficios del porteo y mantener la tradición viva, se recomienda:
- Elegir fulares o mochilas ergonómicas y adecuadas según la edad del bebé.
- Mantener siempre visible el rostro del bebé y libre de tela.
- Colocar al bebé en posición erguida, con espalda y cuello bien apoyados.
- Combinar el porteo con contacto visual, conversación y momentos de juego.
Conclusión
Así criaban nuestras abuelas: con fulares, brazos y sabiduría ancestral. El porteo en zonas rurales demuestra que la crianza con libertad y afecto no es algo moderno, sino una práctica heredada que fortalece el vínculo, transmite valores y conecta a los niños con su identidad cultural. Criar con brazos permite integrar tradición, cuidado y cercanía en la vida diaria de manera consciente y significativa.
Para quienes desean profundizar en estas prácticas, los artículos Independencia también es criar con libertad y Colombia que cría: voces de nuestras comunidades portadoras ofrecen guías, consejos y relatos inspiradores que muestran cómo el porteo sigue siendo un acto de amor y tradición.